Cuiabá, una calurosa ciudad tropical de la región oeste de Brasil, no parece ser el lugar donde encontrar un equipo femenino de rugby, pero aquí Michel Leplus ha dado comienzo a una silenciosa revolución.
El francés Leplus visitó por primera vez Brasil en 1975 en vacaciones. Dos años más tarde, regresó para quedarse con su hermano Alain, y en 1982, los hermanos se instalaron en el estado de Mato Grosso, lindante con Bolivia debido a un boom de la agroindustria.
Michael y Alain instalaron una granja, Fazenda Mélina, nombre en honor a una tía que los educó cuando Francia se reconstruía después de la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente, tuvieron ganado, pero luego los hermanos se dedicaron a la producción de jugo de uva hacia finales de siglo.
Alain había sido un excelente jugador de rugby en su país, jugando para Auch; instalados en Brasil, junto a Michel – que fue presidente del Cuiabá Rugby Clube entre 2009 y 2016 – se mantuvieron conectados con el deporte.
Fuerza
Cuando en 2016 la salud de Alain comenzó a complicarse al luchar contra el Alzheimer, su hermano decidió homenajearlo a través del rugby que más amó. Así nació el Mélina Rugby Club
"Alain me dio la fuerza para este proyecto, el rugby es mi pasión," Michel le dijo a World Rugby. "Él era el que lo jugó, el que fue un jugador 'profesional' en los 60s hasta 1975."
En el escudo del club está el nombre de Alain y aunque no está lo suficiente sano para tener un rol activo, Michel está seguro que está al tanto del gesto.
"Sí, creo que mi hermano está muy orgulloso. Estoy seguro que aunque no participa mucho sé que está agradecido al equipo que usa su nombre y continúa con el deporte que amó tanto."
Según Michel, armar Mélina fue "mucho más fácil que su trabajo con Cuiabá. Había decidido darle cabida al rugby femenino porque sentí que había sido dejado de lado y creí que el equipo tendría más chances de prosperar."
Trabajando hacia un objetivo
"Siempre trabajé mejor con las mujeres," dice.
"Cuando tienen un objetivo, dan todo para lograrlo."
"Siempre quise ayudar al rugby y al rugby femenino en Brasil, cuyo rugby siempre estuvo bastante abandonado. Entonces, preferí hacerlo con el rugby femenino."
Pudo poner en práctica algunas de las lecciones que había aprendido como presidente de un club masculino.
Frustrado por la falta de tiempo que el plantel de Cuiabá podía poner en el campo de juego, al tener otros compromisos, se comprometió a asegurar que el rugby fuera lo único que las chicas tenían en la cabeza.
Para ello, el espacio de práctica se construyó con casas para las mujeres, que también reciben una pequeña mensualidad.
Al momento, doce mujeres y dos entrenadores viven en la academia, mientras que atraídas al club hay ex jugadoras del seleccionado venezolano.
Enfoque holístico
"Cuando decidí comenzar el equipo femenino en 2017, la primera idea que tenía era que no sería posible armar un club competitivo si la estructura no acompaña," dice Michel.
"No servía de nada tener buenos jugadores sin buenas estructuras. Entonces, pude conseguir este centro de entrenamiento y pude darle la bienvenida a las chicas que vinieron a jugar para Mélina al ofrecerles un campo en muy buen estado, casas de buena calidad y una academia muy completa."
El objetivo se revisa y actualiza al comienzo de cada año, cuando Michel se junta con el plantel para analizar los logros.
Enorme objetivo
Doce meses atrás, el club apuntó a terminar entre los primeros seis equipos del circuito Súper Sevens de Brasil Rugby. Este año, Michel apunta a terminar entre los cuatro primeros.
Las actuaciones del equipo no son la única forma de medir el éxito del equipo, y aunque el primer equipo es de mujeres, toma mucho orgullo de su rugby juvenil, abierto a varones y mujeres.
Actualmente, unos 90 chicos, entre los cinco y los 18 años, participan activamente.
"Lo que más me genera orgullo hoy, como Presidente del Mélina Rugby Club, es tener esta escuela para niños y jóvenes," dice Michel. "Nos llevó muchos años organizarla."
"Estoy muy agradecido al equipo de Mélina que me ayudó con este proyecto."
WR / Foto: Michel Leplus