Jueves, 18 2024 Abril

Ryan | Jugadores a seguir en Tokio

Ben Ryan | Foto: Archivo/Tom Jenkins

Ben Ryan que fue entrenador de Fiji en 2016, ganador de la primera medalla dorada del seven olímpico deja su opinon acerca de los jugadores a seguir en Tokio 2021.

Lo hecho por Fiji en Río lo llevó a ser votado el equipo masculino de mejor actuación en los Juegos Olímpicos 2016 por el Comité Olímpico Internacional. Fiji no había ganado nunca antes una medalla olímpica y el logro fue tal que el país festejó declarando esa fecha como un día de festejo no laborable.

No sólo Fiji tuvo un gran nivel en el regreso del rugby al olimpismo – esta vez en sevens y no en quince como la última vez que se jugó en la década del 20.

"Los Juegos Olímpicos son el gran evento deportivo del calendario y meterse en la familia olímpica y tener extra credibilidad además abre muchas puertas en todos los niveles, generando nuevos territorios, nuevos simpatizantes, nuevas oportunidades comerciales y más relacionamiento con el deporte de elite,” dijo Ryan.

“Es algo que realmente tenemos que construir lo mejor posible en los próximos dos ciclos. Esto es tener grandes Juegos, un deporte limpio y la creación de súperestrellas. Eso hicimos en Río.”

Ryan nos revela quienes cree que brillarán en el torneo masculino.

Jerry Tuwai (Fiji)

Probablemente, el mejor jugador del mundo en los últimos tres o cuatro años. Su ataque increíble y su defensa dura como líbero, es increíblemente importante tanto en ataque como defensa. Si Jerry juega bien, el equipo juega bien. Medallista de oro en Río, ha sido parte clave del equipo que ganó cinco títulos consecutivos en el Seven de Hong Kong.

Maurice Longbottom (Australia)

Llegó del Rugby League y ha desarrollado ese factor X clave para el sevens. Cada vez que toma el balón, hace magia y en un buen día es de los mejores del mundo. Tiene una aceleración increíble y la capacidad de romper las defensas más cerradas. Al principio, Australia lo usaba para destrabar partidos, al mejorar su preparación física pudo jugar partidos y torneos, dándole mejor dimensión a su capacidad.

Caleb Clarke (Nueva Zelanda)

Jugador de increíble potencia que tras romper las defensas con los Blues debutó para los All Blacks. Si bien no es Lomu, tiene un juego y un rol similar, tanto como wing como centro. Lo he visto correr tan rápido como los wings más rápidos y es muy potente en el contacto. Es la clara muestra de como el sevens puede usarse para desarrollar un jugador.

Nathan Hirayama (Canadá)

En el equipo hace mucho tiempo y es parecido a Ben Gollings que tiene la habilidad de controlar un partido y aportar puntos vitales. Mucho de lo bueno que hace Canadá pasa por él. Si Canadá logra pasar a cuartos de final y juegan el partido de su vida, porqué no pensar en que pueden sorprender?

Perry Baker (Estados Unidos)

Integró el equipo de Estados Unidos que decepcionó en los Juegos Olímpicos de Río. Habiendo llegado como candidato, dudo que hagan los mismos errores dos veces. Tiene una velocidad increíble, pero también es un jugador con muchas habilidades que distribuye bien el juego, entiende el espacio y es una amenaza constante. Puede ganar partidos por mérito propio, con su juego con el pie y su velocidad.

Selvyn Davids (Sudáfrica)

Si bien es nuevo en el ámbito, de a poco va reemplazando a Cecil Africa como el dínamo en el centro del campo para Sudáfrica. Sus habituales quiebres le permiten a su equipo estar siempre en ataque y también es un trabajador incansable. Si sigue por el camino en el que traía antes del COVID-19, puede ser una parte seria del empuje sudafricano por una medalla dorada en Tokio.

Santiago Mare (Argentina)

Jugador de tamaño – más de 100 kilogramos – es uno de esos jugadores que puede jugarle de par a par con los del Pacífico Sur, los sudafricanos y los kiwis. Tiene buena velocidad, puede quebrar tackles y jugar tanto en los backs como en los forwards de ser necesario. Argentina no tuvo suerte en los últimos Juegos, pero creo que si jugadores como él están en su mejor nivel en Tokio, es un equipo que tiene la capacidad para generar grandes sorpresas.

 

WR