Jueves, 21 2024 Noviembre

Coghlan: “Creíamos en nosotras”

Las mujeres de Irlanda no habían jugado nunca un test con Nueva Zelanda antes de este histórico encuentro en la Rugby World Cup 2014 donde se impusieron por 17-14.

Este generó la duda para la capitana Fiona Coghlan y su plantel sobre cómo enfrentar el Haka.

Coghlan admite que rápidamente se pusieron de acuerdo cuando les dijo: “Nos pararemos, respetando el Haka sin gastar energías, enfocadas en nosotras.”

Este pequeño momento explica la determinación y confianza de un equipo que sería el primero de Irlanda en derrotar a uno de Nueva Zelanda.

Irlanda se había puesto como objetivo un lugar en el Top 4 en RWC 2014 y había comenzado el torneo con un triunfo por 23-17 contra Estados Unidos, un equipo con mayor experiencia.

"Ese primer triunfo fue realmente importante,” le contó Coghlan a World Rugby. “Obviamente, hay que ganar todos los partidos, y comenzar mal te predispone para el resto del partido.”

'Estábamos listas’

El siguiente desafío era mayor. Las Black Ferns venían de ganar los anteriores cuatro mundiales y no perdían en RWC desde el torneo inaugural en 1991; en su debut le habían ganado a Kazajistán por 79-5, su victoria número 20 de manera consecutiva.

El coach Philip Doyle había trabajado con las chicas de Irlanda en un plan de juego para el torneo que creían las llevaría a semifinales como mínimo.

"Todas creíamos que podríamos hacerlo, implementarlo,” agrega Coghlan.

"Hablamos mucho sobre nuestro estado atlético alrededor de los 60 minutos, teníamos que estar mejor que las neozelandesas y estar en partido para ese entonces. Ahí era importante cerrar bien el partido, sabiendo que ellas podían llegar al try de cualquier lugar.”

"Había confianza en el esfuerzo y el trabajo hecho en la preparación para el torneo.”

Para el partido en Marcoussis, el apoyo para las irlandeses en su primer partido frente a las Black Ferns, fue gigante.

"Había intensidad, pero también calma en el plantel,” recuerda. “Estábamos listas.”

Tania Rosser, en su partido número 50, lideró al equipo en el partido contra su país de nacimiento.

A pesar de un buen comienzo, fue Nueva Zelanda quien anotó primero cuando Kelly Brazier aportó un penal en el minuto 22 y Selica Winiata apoyó el primer try cuatro minutos más tarde.”

Veníamos dominando y ese try no marcaba lo que pasaba,” recuerda Coghlan.

"Sabía que podíamos, que si nos posicionábamos en su campo podríamos lograr algo. Eso hicimos.”
La presión da frutos

A siete minutos del final del primer tiempo, Irlanda tuvo su recompensa cuando la octava Heather O'Brien apoyó contra el poste izquierdo.

Niamh Briggs agregó la conversión para quedar a un punto en el entretiempo. Típico de ellas, las neozelandesa volvieron a anotar al comenzar el complemento; el penal de Brazier les dio un colchón de cuatro puntos.

El momento clave llegó sobre la hora, cuando Alison Miller anotó un gran try, aprovechando un gran quiebre de Briggs. Según Coghlan, “ese try se armó en ek campo de entrenamiento.

"Ese try vino, supongo, porque había una desconexión en como ellas seguían sus kicks. Briggsy encontró un espacio y lo aprovecho."

Miller admite que tenía sus dudas de que quizás no llegaría.

"Acababa de correr casi 200 metros antes de esa jugada,” recordó en 2017. “Recuerdo pensar que no llegaría porque estaba cansada.”

La conversión de Briggs desde la línea de touch fue tan sorprendente como la corrida. Brazier rápidamente puso el resultado en 14-14 con quince minutos por jugar.

Histórica

Fue Briggs quien nuevamente acertó un penal para ponerse tres puntos arriba a lo que siguieron diez minutos a puro nervio para las de verde aunque pudieron sellar un triunfo histórico.

"En ese momento no entendí el impacto que tendría el resultado, siendo el segundo partido del torneo,” admite Coghlan.

"Mi actitud era ‘es un paso, no podemos estar disfrutando mucho tiempo.’ Goose (el entrenador Doyle) nos decía: ‘Disfruten el momento,’ y yo que decía ‘si, pero tenemos un partido en cuatro días.'”

"Al volver al hotel y prender mi teléfono, los mensajes me mostraron el impacto del triunfo, la cantidad de gente que lo había visto, gente con la que no hablaba hacía años. Ahí entendí mejor lo que significó.”

"Obviamente, creíamos que podíamos pero creo que el resto de la gente se sorprendió!”

Las esperanzas irlandesas desaparecieron de la mano de las lesiones sufridas en esos dos primeros partidos y la derrota 40-7 ante Inglaterra en semifinales terminó el sueño. No obstante, ese equipo será por siempre el primer equipo irlandés en derrotar a Nueva Zelanda.

"Enormemente orgullosa,” describe Coglan su sentimiento. “Aunque no vea a mis compañeras en años, siempre estaremos conectadas por haber hecho algo especial. Eso es muy lindo.”

"Tengo muchas ganas de volver a ver el partido este domingo.”

WR