Sábado, 21 2024 Diciembre

La Unión de Rugby de Tucumán puso el grito por el cielo por el incumplimiento de un reglamento de la SLAR, que se cambió al momento de escribirse. Un conflicto que nació en Buenos Aires, siguió acá y explotó en Paraguay. ¿Alguien quiere pensar en los jugadores?

“Tranquilos, es para que no lloren en la URBA, pero las excepciones estarán”. Esa es la frase que comenzó a generar el conflicto que explotó en las últimas horas en el rugby sudamericano. Frase que se dio en el momento de aprobarse definitivamente el reglamento de la Super Liga Americana, justo después de que no aparezca escrito lo que se había acordado previamente. ¿Qué ocurrió?

Desde la Unión de Rugby de Tucumán pegaron el grito por el cielo cuando se enteraron que Olimpia Lions, franquicia paraguaya que competirá en la SLAR, contrató cinco tucumanos que estaban jugando el último Regional del NOA, rompiendo con el artículo 19 del reglamento, el cual señala que sólo se pueden contratar cuatro jugadores argentinos y solamente uno por club. Hasta acá, entendible. La URT se puso del lado de los clubes que “perdían” varias figuras, como Natación (dos jugadores) y Universitario (tres).

Aclaración: el uso de las comillas es porque los jugadores jugarán cuatro meses en Paraguay y luego retornarán a sus clubes y jugarán el Regional del NOA.

Se sabía de antemano que Paraguay es el país más débil de los cinco que competirán en la SLAR, junto a Ceibos (Argentina), Peñarol (Uruguay), Corinthians (Brasil) y Selknam (Chile); y que gran parte de sus jugadores no iban a estar a la altura ante los otros que llevan más años de preparación. Esto fue contemplado cuando la Sudamérica Rugby y la Unión Argentina de Rugby comenzaron a tratar el reglamento. La SAR es la encargada de organizar el torneo, pero la UAR es la que aporta los jugadores y por ende es el que impone las condiciones y termina definiendo a gusto y placer las cosas.

Desde que la Unión Argentina de Rugby tiene al sanjuanino Marcelo Rodríguez como presidente, el rugby dejó de ser federal y volvió a ser manejado por la URBA. Lejos quedó la UAR de Cacho Castillo y Carlos Araujo, donde el interior tuvo protagonismo y ese grano en el tuje molestó y mucho en Buenos Aires. Retomaron el mando con un presidente manejable y ahora hacen y deshacen lo que quieren. El primer gran conflicto fue cuando aprobaron el reglamento de competencia, el cual se hizo sin que las uniones puedan opinar al respecto. Ahora, hicieron algo similar. Es decir, hicieron lo que quisieron.

Al saberse que Olimpia Lions iba a ser el equipo más débil, por la poca cantidad de los jugadores paraguayos que hay, estaba estipulado que haya excepciones en el reglamento de contrataciones, en lo que al mencionado artículo 19 se refiere. Se sabía que en Paraguay iban a necesitar más contrataciones que lo demás, y un poco en Chile también, y se habló que iba a haber una excepción por la cantidad de jugadores de Argentina y también que si había más de un jugador por club, el club afectado iba a tener la palabra final. Este ítem no fue escrito a la hora de aprobarse el reglamento.

Entonces, volvemos al principio de la nota: “Tranquilos, es para que no lloren en la URBA, pero las excepciones estarán”. Apareció esa frase y parecía que las cosas se iban a calmar, pero el círculo del conflicto se cerró cuando apareció la URT, pegó el grito por los cielos y el resto es historia conocida.

Ahora bien, desde Tucumán argumentan que los principales afectados son los clubes, los que forman a los jugadores. Así es como, sin ánimos de ofender a los defensores del rugby amateur, nace la pregunta obligada: ¿En qué los afectan?

Por un lado, los jugadores dejarán sus clubes solamente cuatro meses, por lo que a mitad de año retornarán para el tramo principal del Regional y posteriormente el Torneo del Interior. Encima, por cada jugador quedará una ganancia, ínfima, pero que al menos servirá para pagar las abultadas boletas de luz, gas, agua, etc. Además, por otro lado, el jugador nació en el club, se formó desde chico, pagando la cuota de la institución, defendiendo la camiseta y dejándola bien plantada siempre, hasta ganando títulos en algunos casos; entonces, éstos jugadores amateurs, que pagaron para jugar, ¿no tienen derecho a generar algo de ganancias personales y ser profesionales? Porque haciendo esto, peleándose entre dirigentes, a los únicos que afectan son a los jugadores.

La Super Liga Americana de Rugby tendrá once tucumanos: Santiago Portillo, Gonzalo García y José Luis González en Ceibos; Ignacio Albornoz en Selknam de Chile; y Gabriel Ascarate, Máximo Ledesma, Alejandro Torres, Thomas Gallo, Santiago Resino, Nicolás Proto, Juan Ávila en Olimpia de Paraguay. Solamente los tres últimos no jugaron el Regional en el último semestre, por diferentes razones.

Varios de estos jugadores, decidieron quedarse en la Super Liga Americana y rechazaron ofertas europeas. Propuestas de Portugal, Italia, España y hasta Rumania. Ligas que pagan cifras similares, pero por más de cuatro meses, a diferencia de la SLAR. Por ejemplo, si Ledesma no firmaba con Olimpia, se iba para Italia, como si lo hizo Nicolás Sbrocco, que aceptó la propuesta del Perugia.

Universitario es el club que más afectado, por lejos, en los últimos meses. Desde la URT pegaron el grito por las partidas de Resino, Torres y Gallo a Olimpia, pero no por las de Nicolás Triviño, Tomás Del Pero y Bruno Sbrocco que se fueron al Técnico de Portugal, o por Marcos Flores y los hermanos Ramiro y Álvaro Ferreyra, que se sumaron al Setubal, también portugués. ¿Por qué ahí no dijeron nada?

El escándalo sigue y seguramente tendrá varias idas y vueltas más. Las verdades ocultas pueden ser varias, pero las que se ven hoy en día son concretas: no dejan jugar a los jugadores, los clubes pierden ingresos y en la URBA volvió a manejar todo el circo.

 

Por Marcos Lamoglia
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