Mientras el rugby sigue ganando adeptos en Europa, el deporte ha visto cómo desde mayo de 2018 cuatro jugadores, con edades entre 17 y 23 años, murieron por causas relacionadas con la práctica de la disciplina. Médicos como Jean Chazal señalan que el rugby se tornó más violento desde que se hizo profesional hace 25 años. No obstante, la federación mundial de la disciplina sostiene que las lesiones han bajado un 45% en los últimos seis años. Reportaje de Érika Olavarría y Aurelien Porcher.
La muerte del jugador de rugby Nicolas Chauvin, de 18 años, ocurrida en diciembre de 2018, abrió en Francia el debate sobre los peligros de la práctica de ese deporte en la actualidad. De acuerdo con especialistas de la salud relacionados con el área deportiva, además del juego violento producto de la profesionalización, los jugadores han ganado una mayor masa muscular en los últimos 20 años y sus articulaciones, corazón y cerebro no estaban preparados para ello.
El rugby profesional es de mayor contacto y de menos técnica para pasar la pelota. Además de la cabeza, la médula espinal es otro de los elementos del organismo que está expuesto a mayores daños a consecuencia de los golpes recibidos.
A pesar que en la federación internacional sostienen una reducción de las lesiones en 45%, ha acordado la implementación de ocho medidas, que se pondrán en práctica dentro de las categorías menores, para minimizar los riesgos en el deporte.
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