Al crecer la pandemia del COVID-19, es el trabajo silencioso y dedicado de los miles de trabajadores de la salud que, desde las trincheras y en la primera línea de batalla, tratan de identificar, controlar y cuidar a los afectados por el coronavirus.
Habiendo recién terminado el verano y mientras lentamente está bajando la temperatura, la situación en Sudamérica está empeorando minuto a minuto, con las cifras aun lejos de las de los países que salen del invierno.
Pero el invierno se acerca y la necesidad de aislamiento social es clave, según el claro mensaje de médicos, gobiernos y entidades de salud pública.
"Estamos trabajando en condiciones críticas,” dice el Dr. Juan Pablo Toledo, Director Médico de Chile Rugby, rol que combina con el trabajo en un hospital y en la práctica privada.
Traumatólogo por opción, ha vuelto a usar el estetoscopio al tener que dejar su campo específico para “ayudar donde sea que nos necesiten,” dice tras un largo día atendiendo pacientes, muchos con probabilidades de ser portadores del COVID-19.
"En Sudamérica nos gusta el contacto físico, la calidez, el abrazo a quienes lo necesitan; ahora uso casco, anteojos, guantes y tengo que estar distante.”
Si bien ha tardado más tiempo en afectar a la región, la curva de infección solo puede aplanarse ejercitando la distancia social.
"La gente todavía no es consciente de lo que se viene,” dice quien suele participar de reuniones y conferencias médicas de Sudamérica Rugby y World Rugby, un trabajador incansable en el rugby chileno.
"Desde un comienzo, nos aseguramos de que los jugadores en nuestros centros estuvieran informados y bien cuidados; desde allí bajó la información a través de las asociaciones regionales a los clubes.”
La fuerte comunidad del rugby se ha comportado como se debe y son varios los ex rugbistas hoy médicos que trabajan fuerte para controlar las enormes masas que probablemente se vean afectadas por el COVID-19.
"Tendremos pronto temperaturas más bajas y estaremos inundados por más y más gente. Aquí es donde el rugby enseña la lección de no entregarse, de luchar la próxima batalla,” cierra Toledo.
De frente
Como el pilar que sigue siendo en veteranos a sus 48 años, el Dr. Mauricio Bernard está recibiendo de frente lo que viene, empujando, sabiendo que cuando uno está en el piso hay que levantarse y volver a seguir metiendo el alma.
Habitante de Las Palmas, una pequeña ciudad de 30 mil habitantes en el noroeste argentino, separado de Paraguay por el río de mismo nombre, es médico general.
Si bien el Coronavirus todavía no impactó de lleno en el pueblo, a 60 kilómetros está Corrientes que ya registra un par de muertes.
“La ciudad está cerrada y la gente debe quedarse en casa; solo se pueden mover los servicios esenciales de punto a punto,” explica Bernard, entrenador del equipo menores de 13 años de su hijo, en su Club de Regatas de Resistencia.
Educador World Rugby Nivel 2, Bernard trabaja en un pequeño hospital comunitario donde atiende casos de posible contagio.
"Por ahora, han sido todos negativos, pero acá tenemos otra epidemia mortal, el dengue, altamente contagiosa a través de mosquitos y más difícil de frente. Estamos peleando contra ambas,” agrega.
El rugby había sido cancelado un poco antes que el resto del país por el dengue, pero aún así hay clubes que han ofrecido sus instalaciones y la comunidad de rugby está ayudando preparando barbijos, alcohol en gel y protegiéndose.”
"Los médicos que trabajamos en los clubes de rugby estamos conectados a través de Rugby Seguro, buscando que el mensaje llegue bien claro en los clubes.”
Bernard cree que el espíritu de rugby está presente. “Es cuidar a tu compañero, a tu familia; ese espíritu colectivo que nos hace pelear las batallas más difíciles.”
Y la suya?
"No le temo al coronavirus o al dengue. Estaré donde sea que me necesiten, ofreciendo mi actitud, mi conocimiento. Esto es algo que hay que enfrentar y estará aquí hasta el final.
Argentina reaccionó en apoyo de los trabajadores de la salud y en muchas ciudades, cada noche, a las 9 de la noche, se escuchan vítores y aplausos para aquellos que protegen y curan a los enfermos.
Desde Colombia
Ángela Alzate juega en el Rhinos Club de la Liga Risaraldense de Rugby, distante unas cinco horas del centro ovalado del país, Medellín. Tanta fiereza como pone en el campo de juego, está tackleando el coronavirus en la Clínica Pinares de su ciudad.
Como enfermera en el área de pacientes con cáncer, está igualmente colaborando donde sea que la necesiten.
"Estamos expuestos y sé que estamos luchando contra un virus muy peligroso; no puede dejar que los pacientes de cáncer no estén cuidados o protegidos. Están llevando adelante tratamientos que no pueden ser frenados,” dice Alzate, hermana de Daniela, jugadora del seleccionado nacional.
Su mensaje es bien claro: “hay que quedarse en casa.”
Pedido en las redes sociales
El ex Puma Alejandro Allub se volcó a las redes sociales con un mensaje movilizan, en el que explicó lo que deben hacer las personas para estar lo más seguras posible, limitando su movimiento y estar atentos a la limpieza.
Segunda línea en RWC 1999, su carrera terminó abruptamente en 2001 cuando sufrió un leve infarto en un test-match ante los All Blacks. Hoy es cardiólogo pediátrico en su ciudad natal de Córdoba.
"Piensen en nosotros, que tenemos que venir a los hospitales, estar en las emergencias. Ustedes pueden quedarse en casa, entonces mi consejo es que se queden en casa y solo salgan si es realmente necesario."
WR